martes, 2 de diciembre de 2008

No hay palabras...

A veces los cuentos de hadas encuentran su final feliz. A veces la luz que uno busca al final del camino, que cree tan distante e inalcanzable, aparece de repente frente a nuestros ojos, y nos grita en la cara que es real, que esta ahí, que no es un sueño por mas que lo parezca. Y uno se restriega los ojos, se pellizca, y se vuelve a pellizcar, tratando de ratificar la verosimilitud de eso que cree tan fantástico.
Y si, es real. Que las palabras que se articulan magicamente, como en un dialogo soñado, realmente son dichas. Que las manos que se deslizan suavemente, que pasean, que se acercan y se unen, que vuelan juntas, y que se extrañan al separarse, son reales. Que las miradas se cruzan a través de la atmósfera, que no hay distancia que les impida encontrarse, que llegan a lo más profundo del alma, y que no precisan de sonidos para entenderse. Que necesito de la melodia de tu voz, que necesito de soñar nuestros momentos, que necesito, a cada instante la alegría de este sueño que me regalas.
Y de golpe me quedo sin palabras, el silencio de mis letras invade, y solo quieren gritar tu nombre. No hay mas historias grises, me amigo con el mundo por la magia de tu armonia. La paz me invade y de repente el mundo me sonrie. Y yo le sonrio al mundo. Ese mundo que hasta hace muy poco era gris, hoy se pinta con tus colores.
Y me das la mano, y me invitas a volar, y me miras al alma, y me arrastras a soñar. Y sonrio. No lo puedo evitar. Y sonrio, y el sol sale, y si, temo. Mi temor a despertar no deja de acecharme, pero tu seguridad me muestra que el mundo es real. Y la magia esa de tu voz que recita precisamente eso que estaba pensando, no puede ser casual...
Quizás siempre fuiste lo que estuve buscando. Quizás, quien sabe, un camino nos espera, ese que esperamos tanto tiempo, hoy nos invita a recorrerlo.
Sos mi sueño, te busque en mis fantasías tanto tiempo, y hoy, con la magia de la ilusión que me dibujas, cada vez creo mas en que los cuentos de hadas existen...




"...y ya lo sabes nada es casualidad."

lunes, 20 de octubre de 2008

Hoy que no es hoy


Hoy que no es hoy, jugue. Hoy que no es hoy, hable. Te mire de frente y te dije mi verdad. Busque el coraje de apostar, y lance mis cartas. Puse mi alma sobre el mantel, y espere ver tus manos queriendo agarrar lo que ofrecí. Desde donde no existí, saque la fuerza para no caer. Pensé y añoré cada detalle, busque el momento, mas nunca lo encontré. El me encontró, me puso de pie y me abofeteó. Me dijo "no podés seguir esperando el momento". El momento es este. Mejor, peor, bueno, malo, propicio o con garantías de tormenta, qué mas da? No hay garantías que el próximo lo supere, ni siquiera de que exista. Si los que pasaron ya se perdieron, lo único seguro que queda es el presente. Y ahí estuve. Y te tuve delante y dejé que todo lo que guardaba se hiciera visible. Y lo viste, y fue tuyo. O pudo serlo. Estuvo en tus manos, y no se si supiste aprovecharlo. Quizás fue tu turno de dejar que el miedo hablara. Lo vi en tus ojos, en tus manos. Supe cuanto había de cierto en tus palabras, pero mas profundo mire en tus ojos, y vi que mentías. O quise ver eso. Quizás mi peor miedo fue que fuera cierto.
Hoy que no es hoy, espero. Hoy que no es hoy, intento poco a poco ir matando la ilusión. Quiero entender, quiero conocer las reglas del juego, quiero saber si jugamos, a que jugamos y como jugamos. Y busco respuestas y encuentro silencios. Y la ansiedad me mata, me quita el sueño, el hambre, la paz. Busco la luz, esa que en algún tiempo supe segura, y atraviezo caminos que en otras oportunidades supe desconocidos. Y sigo buscando algo que ya no estoy segura de encontrar. Y me odio, por saberme responsable también de haber permitido que lo que no es, no sea; que lo que pudo ser, pretenda ser demasiado tarde. Y me torturo buscando explicaciones que no encuentro, y me odio por las que de pronto veo y considero inconsiderables.
Si tan solo hubiera tenido una sola certeza antes, quizás todo sería tan diferente.
Pero la noche es mala consejera, y hoy que no es hoy te pienso. Y quiero odiarte, convertir en bronca todo para poder dejarte libre. Pero me pesa, hoy que no es hoy, tu ausencia se hace presencia para torturarme desde la añoranza. Hoy que no es hoy, es un ayer detenido en el tiempo, que se niega a irse, que quiere quedarse, que desea mas que nada, y de una ves y para siempre, ser Hoy...


lunes, 13 de octubre de 2008

El principio del final

Hablar de finales es también hablar de principios. Necesariamente, siempre que algo se termina, da lugar a algo que empieza, aunque sea, como mínimo, una vida sin eso que acaba de terminar. Cuando se termina la secundaria por ejemplo, al mismo tiempo se empieza la vida de egresado, mas allá de que se empiece otro estudio, un trabajo o nada de eso. Cuando se termina una relación, se empieza un camino sin esa otra persona, mas allá de que se la reemplace por otra o no. Siempre que algo se acaba, algo comienza; por ello comienzo y final siempre son mutuamente implicados.
Para mi particularmente, los finales siempre han sido de alguna manera conflictivos. Siempre han encerrado una cuota de nostalgia por lo que se deja, una gran incertidumbre respecto a lo que comienza, y una eterna inseguridad acerca de los pasos que se están dando. Siempre fue así, y en todos los ámbitos de mi vida. Creo que se vincula con un gran apego por lo que este en cuestión, sean personas, lugares, hábitos; todo sigue el mismo camino.
Pero los finales, en especial, tienen un condimento específico, sobre todo en lo referido a personas. Los finales de un vínculo, son extraños, siguen caminos enmarañados, nunca son lineales y predecibles. Cada uno suele ser bastante particular. Los hay de aquellos que se acaban como cortados por el bisturí del cirujano mas experto, mientras que están aquellos que se van desgranando poco a poco, desperdigando sus migajas a lo largo del tiempo, aquellos que se rehúsan a ser finales, que se resisten a pasar a la historia. Son los que dejan huellas que se niegan a ser borradas por las olas, y que aunque pase el tiempo, vuelven a aparecer cuando baja la marea.
Todos sabemos cuando empieza una relación. Por lo menos lo intuimos, lo percibimos o reaccionamos por costumbre ante el protocolo rutinario de un comienzo: la atracción inicial, los llamados reiterados, los mensajes melosos, las citas rutinarias, el ceremonial de presentaciones, etc. Estamos acostumbrados a que las historias sigan cierta manera estandarizada en sus principios: conocimiento, acercamiento, etapa empalagosa, comienzo. A partir de ese momento, la historia puede darse, al menos retrospectivamente, como iniciada. Bien se sabe que uno no marca el punto de inicio en el inicio propiamente dicho, sino que uno lo determina a partir de que se comprueba que la relación prospera, omitiendo así a todas las historias que quedan “a punto de empezar” (cito aquí a todos los vínculos que no pasan del momento del acercamiento; como mucho, y exagerando, de la etapa empalagosa).
Una vez que el vínculo se da por iniciado, la historia simplemente transcurre, con sus etapas de gloria y también las de decadencias. Estas se dan por lo general, de maneras cíclicas y alternadas. De este modo, la relación se prolonga, de maneras, a veces (en el mejor de los casos) indeterminadas, pudiendo así dar lugar a las historias de aquellas, en que los enamorados envejecen juntos (el tradicional, y nunca bien ponderado “fueron felices y comieron perdices” aunque obviando las perdices, por cuestiones ecológicas). Sin embargo, estas historias no se dan en el 100% de los casos, ni al primer intento. En el resto de los casos, se llega a una etapa en la que el ciclo esplendor-decadencia se queda, de algún modo, trabado en la parte de la decadencia, volviéndose esta crónica. Es aquí donde comienza el final, aunque no siempre estemos dispuestos a asumirlo. Sin embargo, y a pesar de todo, el fatídico “hasta aquí llegamos, a partir de ahora, vos seguís tu camino, y yo el mío”, punto final, beso y adiós, llega indefectiblemente.
Y aquí el eterno tema de los finales, que también muchas veces se establecen en un punto anterior al momento critico del desenlace. En el desenlace uno recién entiende, a manera retrospectiva, que el final había comenzado mucho antes de ese día. Y es ahí cuando uno empieza a recapitular todas las cosas que poco a poco se enlazan en una cadena que cierra en su sentido, que lleva a uno a la conclusión de que ese final, era un final evidente. Nada más que en el camino, uno pretendió no ver las señales, apunto hacia otro lado para no ver lo evidente, simuló inconcientemente que nada de eso estaba pasando. Quizás por una manía inconciente de no querer renunciar a aquello que se tenia, por no asumir caer una vez mas en el fracaso, por el miedo a lo que sobrevendrá, a lo nuevo, al vacío; por no ver lo obvio, nada se pudo hacer al respecto, y ante los platos rotos, poco queda por hacer.
En fin, de cualquier manera, que los finales existen, existen. Y que son complicados, son complicados. Atribuyámosle la culpa a una u otra cosa, cada cual lo padece a su manera, (aunque hay quienes los festejan) y reacciona en consecuencia.
El primero de los casos es el de aquel que acepta con sumisión y lastimosa pena lo irremediable del destino. No importa lo que quiera, lo que sienta, o lo que le gustaría que pase; ante la ruptura, da media vuelta y entierra todo junto, anhelos y peluches polvorientos regalados por aniversarios, en un baúl al fondo de los recuerdos. Y los deja allí para siempre. Cuanto impulso de retorno le surge, lo reprime, y lo manda al baúl del fondo. Lo pasado es irremediable e irreconstruible. No hay chance de pretender mas nada, ni siquiera en el propio pensamiento, mucho menos de tomar cartas en el asunto y hacer algo por revertirlo.
Otro caso diferente es el de aquel que no acepta el final, sobre todo cuando llego casi por imposición del otro, que por ser portador de más coraje o estar más harto, toma las riendas y determina de una vez por todas el final de la historia. O en todo caso, simplemente y sin mas, se va, con o sin explicación mediante. Es esto lo que hace que el dejado padezca una suerte de ansia de revancha, y lo lleva a pretender volver, aunque más no sea, para ser él quién de el portazo de salida. Es una cuestión casi de ego herido (aquí la opinión de un psicólogo estaría muy a tiempo) y el retorno es casi un “segundo tiempo en el ring de boxeo”. Solo se vuelve para ser el que grita mas fuerte y se queda con la última palabra. Y es solo ahí, cuando se asume que el final fue dado por uno, y no es una imposición, cuando se puede dar la historia por terminada. No antes, ya que permanece como una “cuasi relación”, pendiente de ser dotada de un desenlace certero.
Por otra parte están aquellos que terminan pero no terminan. Se pelean, se gritan, se arrojan cosas por la cabeza, y finalmente se separan. Sin embargo, y a pesar de todo esto, al cabo de un tiempo, se vuelven a contactar. Pero a esta altura de las vidas, cada uno tiene su historia ya reconstruida, por lo que el reencuentro se da en la mas secreta clandestinidad. Eternos amantes ocultos, viven pendientes de horarios de terceros, y permanecen con sus reuniones esporádicas por el tiempo que sea, hasta un día en que se hace imposible el escape, y los encuentros fugaces dejan de tener lugar. Esta clase de final, no es en realidad un final, sino mas bien, un “cambio de estado”. Como si se hirviera un cubito, la relación pasa de sólida a gaseosa.
También está el arrepentido, el que tras un tiempo de separación cae en la cuenta de que pretende seguir con aquello que dejo. Entonces vuelve a la carga, retoma las armas y se lanza a la batalla por aquello que fue suyo. Nada mas que no cuenta con el hecho de que el mundo ha seguido girando, y no hay nada dado por seguro que le garantice poder lograr su cometido. Es decir que el “prospecto de recuperado” puede que ya este en otra historia complicando de esta manera las intenciones del “arrepentido”. Sin embargo, nadie es de piedra, y de no mediar antiguos rencores que lo impidan, es muy probable que se vuelva factible algún encuentro como mínimo. Aquello de “donde hubo fuego, cenizas quedan” resulta más que atinado en este caso. Solo resta ver que tantas cenizas quedaron y que es lo que se puede hacer con ellas. De cualquier manera, este final, es mas bien un “punto suspensivo” a largo plazo.
Por ultimo, y cercano a este último tipo, son las parejas que se separan de mutuo acuerdo, se despiden con una sonrisa, rearman sus vidas cada uno por su camino, forman nuevas parejas, y se invitan mutuamente a sus casamientos. Solo falta agregar que los nuevos concubinos aceptan y se hacen amigos de los ex de sus propios esposos y les dan a sus hijos como ahijados. Con todo esto, se suben a la nave espacial y vacacionan en las playas de Marte...
Sin duda que hay aquellas relaciones que se terminan de maneras mas sencillas, pero creo que si se desligan tan fácilmente, bien valdría preguntar que clase de relación fue la que existió. Nada que haya sido trascendente para uno, por mas maduro que se sea, se concluye fácilmente.
Esta pequeña clasificación no pretende ser exhaustiva, sino que solo intenta demostrar las variedades de final que pueden darse. Un final es tan particular como un principio, esta abierto a la creatividad de los intervinentes y se nutre de las particularidades de cada uno. Además, no olvidemos que, tanto en el amor como en la guerra, todo vale...

P.D.: Perdón, perdón, perdón por la extensión! (Posteo originalmente pensado para otro medio!!! )

..

domingo, 5 de octubre de 2008

La suma de las cosas


Qué difícil que resulta separar los impulsos inconcientes de las acciones que uno lleva a cabo. Qué difícil no actuar en pos de aquello que, imaginamos, pasará después. Cada paso que doy esta guiado por un imaginario de supuestos a futuro, que a mi pensar, se desencaenaran momentos, horas, días, después. Cómo no imaginar los pasos que seguiran, que me llevaran a donde espero? Cómo si fuera que existe una clase de receta imposible de desafiar, cómo si una cadena irrompible de causas-consecuencias guiara los sucesos. Como si fuera imposible que uno mas uno no sea dos.
Y sin embargo, cuando todo parece establecido, seguro, garantizado, la realidad nos da la nariz contra el vidrio. Nos despierta de un solo saque, y nos hace ver que no todas las cuentas son exactas; que no siempre, sumando llegamos a incrementar el resultado. A veces, por más que sumemos, el resultado no cambia. O incluso resta...
Entonces me interrogo a mi misma acerca de la veracidad de eso que consideraba como "realidad". Qué tanto de realidad había y cuánto de mi propia imaginación. Cuanto de todo eso que pense contaba como "piso" desde el cual partir, era cierto y cuánto era una simple ficción de mi cabeza. Quizás ahí este la razón de que el uno más uno siga siendo uno. Por ahí, la suma era cero mas uno...
A partir de eso, vuelvo sobre mis pasos tratando de identificar todas las señales de las que me valí a la hora de contar con una base, y me doy cuenta, que todavia (ojo, no se ilusionen, no es seguro que sea para siempre), loca no estoy. Que realmente, algo existió, que la ilusión no fue mera creación mía. Mi ecuación mental, mi suma imaginaria, al menos vio un "uno" que andaba por ahi dando vueltas. Al margen de mi manía interpretativa de inclinar todas las interpretaciones de los significados para apoyar mis teorías, hay que reconocer que la realidad no fue toda imaginación mia. Algun sustento tuvo. Tan imaginativa, paranóica y fantasiosa no soy.
Entonces, si ya ratifiqué que habia un "uno" al que sumarle, vuelvo a mi intriga inicial. acerca del por qué al sumarle, no llegué al resultado esperado. Por qué yo, las sumas de "uno mas uno", nunca logro que me den dos.
Quizás el punto este en las cosas que no veo. O que intento no ver. O que simulo no ver... y quizás esa sea la explicación de todo lo inexplicable. Probablemente sea tiempo de ver que entre el "uno" que arranca y el "uno" que suma, hay un "uno" que resta, que no estoy viendo, que no estoy asumiendo que veo, o que estoy pretendiendo no ver. Lo malo, es que eso que no "veo", se hace ver aún sin verse. Como la escena de Sexto sentido, en la que pretende abrir un ropero sin ver la traba que se lo impide, yo pretendo "abrir roperos" sin ver los impedimentos que frenan los avances. Posiblemente sea tiempo de empezar a asumir lo que busco ignorar...




viernes, 26 de septiembre de 2008

Juegos retorcidos



Jugar, no jugar, jugar en serio, vivir jugando, o jugar a vivir.
Mas de una vez tuve la sensación, al entablar alguna relación, (o al pretender entablarla, que no es lo mismo) de estar jugando un juego. Un juego que, se supone por lo general, maravilloso, pero que por otro lado, puede resultar agotador. E incluso en mas de una oportunidad da para replantearse muchas cosas acerca de la manera que estamos empleando para encarar ese vinculo.
Porque, al mejor estilo chinchón, esperamos ver la carta que tira el otro, como una manera de especular acerca de sus sentimientos o intenciones. Entonces caemos en la estúpida especulación de que si haces, que haces, porque lo haces, o porque no lo haces. Y siempre la respuesta es mas que subjetiva, sin mas responsable que nosotros mismos. Y pretendemos armar la estrategia de respuesta a partir de la jugada que ya vimos. Ahora, el problema esta cuando los dos nos quedamos esperando la jugada del otro, cuando ninguno de los dos se anima a dar el primer paso. Ese paso a veces tan decisivo, que lo invite al otro y le de la certeza de que se esta jugando al mismo juego.
Y entonces me pregunto por qué? Y la respuesta harto repetida, vuelve a llegar. El miedo, ese enemigo que nos paraliza, que no nos deja caminar, avanzar, que nos traba y nos condiciona. Ese miedo a fracasar, una y otra vez, a caer, a sufrir, a que sea en vano. Si sabemos lo que queremos, uno se pregunta, porque simplemente no va y lo busca, y sin embargo, no, no podemos. Doy un paso y vuelvo medio. En una apuesta permanente que busca ser re afirmada, pero que requiere de certezas en la otra parte. Y que no siempre se encuentran. O no se saben encontrar.
Hoy podria decir que tengo alguna clase de certeza, y es que no quiero perderme la oportunidad de jugar por quedarme esperando la jugada de enfrente. No quiero esperar ver tus cartas para elegir cual de las mias tiro. Quiero tener el coraje de tirar primero y que tu jugada sea la que esperaba. Y aunque mas de una vez el miedo me paralice, confio en que algun dia lo voy a lograr... ¿Jugamos de nuevo?

martes, 16 de septiembre de 2008

Malas palabras


(Advertencia al lector: Dada una repentina imposibilidad, que me limita todo intento de escritura, ya que me roba las ideas en primer lugar, y el instinto prosaico a continuación, he optado por resucitar antiguos borradores, que quizás no posean ideas demasiado acabadas, y que por cierto carecen de toda clase de actualidad. Al margen de todo esto, ya me daba culpa ver a mi pobre blog con esa pinta de abandonado, ahí solito, con su ultima entrada fechada hace mas de un mes, así que decidí que mal que no sea, algo es algo, y al fin y al cabo, de eso se trata todo esto. Sin mas, los dejo con el siguiente "vale por una entrada" y sera hasta la próxima, con la firme promesa de ser actual y creativa.)


Hay palabras que tienen una carga negativa, que disgustan, que molestan. Palabras que uno no disfruta oir. Y no me refiero a aquellas que nos comunican cosas desagradables, malas noticias o cosas por el estilo, que las digan como las digan son malas. Tampoco a las frases de cierta gente, que se vuelve poco a poco despreciable, y todo lo que provenga de ellos se vuelve negativo (si, re forra, y que?). Uno atribuye a la palabra la imágen/identidad de quien la emite, y ya de por uno esta mal prdispuesto. Ni siquiera a ciertos comentarios desagradables/desubicados de determinados personajes nefastos. Y de estos ya me he explayado en otros posts.Por el contrario, me refiero a palabras simples, inocentes, anónimas, pero que de por si me suenan mal. Palabras que uno puede obtener por si mismo al abrir un diccionario y hallarla al margen de cualquier situación/contexto. Un ejemplo: "adiós". No me gusta la palabra "adiós". Me suena a distancia, a tiempo largo, a separación permanente. Casi diría que me entristece la palabra al sonar nomás. Un adiós es mucho tiempo escuche alguna vez. Y si bien en una época era asidua usuaria del término, creo que los años me ponen mas vieja y mas sensible, haciendo que cada vez que alguien se despide con esa palabra me quede un gustito a melancolia.


lunes, 18 de agosto de 2008

10 años después


A veces pienso que me hubiera gustado nacer, no se, unos... diez años antes. Al margen de todas las limitaciones y cosas con las que quizás no hubiera contado, creo que muchas cosas hubieran sido mas sencillas. Yo me pregunto, hoy y con el celular a mano, como habrán sido las cosas cuando no existian los mensajes de textos, ni el msn, ni los celulares, ni todas las "armas" modernas que posibilitan tantas variedades de chantaje emocional. Yo creo que mas de una situación odiosa de las que nos suelen aquejar hoy en día se evitaban. Es mas, creo que la vida en cierto punto era mas sencilla. Aunque uno no se pueda imaginar la vida sin todas esas cosas, la gente a pesar de eso, se encontraba, coordinaba, y las cosas se daban sin mediar msj que nunca llegaron, llamados que nunca se concretaron, o mails que nunca fueron enviados. Toda la especulación desarrollada a continuación de su invención pudo ser obviada sin que nadie la extrañara.
Hoy estoy bien cansada de todo el actuar estrategico en ese sentido, me tiene harta el estar pendiente de que llegue o no un mensaje, de especular las causas de que llegue o no, de analizar cada acción con un razonamiento del tipo "si hago A, va a pensar B, por lo tanto hago C para que piense que A aunque no del todo..." Quiero pensar que quien hace lo que hace no tiene un andamiaje ideológico por detras, que simplemente hacer algo, no significa mas que eso, que no hay nada que analizar como subyacente. Quiero hacer lo que me surge, y si se me da de escribir antes del tiempo estipulado para simular que no estoy ansiosa, no esperar el lapso prudencial, escribir exactamente cuando me surja, decir lo que piense, y actuar como de la manera mas natural posible, sin pensar todo lo que esto pueda implicar. Después de todo, no hará mas que evidenciar una realidad que tarde o temprano se hara ver a la luz y la primera mirada de quien se detenga. Para que disimular lo que es una realidad?
Sin embargo, lo que mas me "incomoda", por decirlo de algún modo, no es tanto la posibilidad de actuar, que al fin y al cabo, siempre termino haciendo; sino todo el psicopateo analítico que se desata en mi cabeza a partir de cada acción u omisión por parte de quien este actuando de interlocutor en cada oportunidad. Ese pensamiento casi inevitable de "si A, por qué no B? no debería B ya?" Y a partir de ahí toda una especulación acerca de los motivos y/o posibles excusas que justifiquen dicho accionar.
Hoy, 10 años después, habrá que aprender a convivir con estas armas cotidianas que nos hacen la vida mas fácil y también más complicada, habrá que resistir a la tentación de arrojar a más de un aparato por la ventana, focalizando más en su utiliad que en los inconvenientes que acarrea. Y sobre todo, dejar de lado a los usuarios ocultos tras los dispositivos. Las cosas como son diría la publicidad...


lunes, 28 de julio de 2008

Del castillo al culebron


Cuando uno es pequeña siempre sueña con ser una princesa. Las nenas siempre fantasean con el castillo, el vestido majestuoso, el hada madrina, y, obviamente, el príncipe azul. Bastaba con esperar en el castillo, luciendo el vestido pomposo, retozando entre los jardines de la fantasía, que de un día para el otro, llegaría el príncipe, y seriamos felices para siempre. La historia era sencilla: “había una vez una princesa, que vivía en un castillo, tenia un vestido gigante y rosa (obvio) y un hada madrina. Un día vino el príncipe azul y fueron felices para siempre. Y colorin colorado, fin!” Las cosas eran tan sencillas en esos tiempos... y una era realmente feliz, porque no veía el futuro tan complicado.
Con el paso de los años, el cuentito fantástico, poco a poco fue decayendo. Tanto así, que de repente pasamos del la historia de princesas, a la novela de la 1 de la tarde. De ser la cenicienta pasamos a ser una mezcla extraña de Andrea Del Boca y Romina Gaetani. Lejos de la historia simple y sencilla en que el desenlace era sabido, y solo era cuestión de tiempo que llegara, ahora nuestro culebron cotidiano, se empeña en enredarse a mas no poder, de manera que mantenga la emoción hasta el final de la temporada. Solo que a veces (demasiadas) el desenlace no llega con las vacaciones, y nuestra novela del mediodía, tiende a parecerse a la interminable “verano del 98”. Uno espera y espera el final feliz en que el lindo se queda con la buena, y los malos caen en cana, y son todos felices, pero nada. Como todas las novelas en las que se quiere prolongar la historia, el nudo se transforma y la historia cambia de eje, y sigue, y sigue.
Yo no se si será que tengo la industria cultural hecha carne, o que miro demasiada televisión (o miré a lo largo de estos años), pero cada vez más veo mi vida como una novela de la una. Siempre esta el chico estrella que deslumbra, el segundo que termina estando siempre que el estrella no da bola, que es el paño de lágrimas, la enemiga que gana siempre y roba lugares, la consejera que hace las veces de hada madrina, y una lista de personajes de recambio, que va rotando en los papeles principales. Yo, como buena protagonista, voy enredando el desenlace, no valla a ser cosa que nos quedemos sin programación para el horario central. Y así, por ejemplo, elijo al equivocado, cosa que después tenga tiempo de arrepentirme, pero ahí el bueno ya no me quiere, así que me convierto en heroína despechada, melancólica y depresiva. Entre todo eso, la historia se ameniza con algún que otro quilombo laboral, familiar, académico, cosa que la novela no sea tan chata y rosa.
El punto principal es que la historia no puede ser sencilla y lineal. Si no se complica no vende, y el show debe continuar. Así que si por una de esas cosas, un camino liso y llano se me presenta como alternativa, si es la solución perfecta, la elección correcta, la evito!!!! Lejos de la historia de la princesa, que era simple y sencilla, la vida de culebron es enredada y retorcida. No acepta sencilleces, tiene que ser compleja. Sino no se adapta a la vida que llevamos.
Así es que yo me voy volviendo un híbrido entre “El amor en los tiempos de cólera” y “Ciega a citas”. Si hasta tengo mi teoría acerca del final de mis días. Me veo a los 30 haciendo un casting de hombres, al tiempo que me paso los findes en joggin y pantuflas; pero por otro lado, me imagino que los últimos años de mi vida, y después de enviudar (si, soy jodida, lo se) volviendo con algún amor platónico, o alguna historia del pasado. Pero mientras, hay que llenar las páginas del libro, y no propiciar un desenlace veloz.
El único problema de este devenir novelesco, es que con el transcurso de los años, no se nos valla subiendo la franja horaria, y terminemos siendo una novela costumbrista al mejor estilo Polka, y de ser una Natalia Oreiro, nos transformemos en una Maria Valenzuela, en el mejor de los casos (siempre hay una peor, pero bue, igual no conforma). Y en ese caso, creo que prefiero seguir en mi eterno Verano del 98...

viernes, 25 de julio de 2008

Trenes a ninguna parte ( o mi estadía en los andenes)



Hace varios días que un tema me ronda en la cabeza. No se si venga a tono con el resto de lo que por estos pagos aparece. (Últimamente me estoy volviendo demasiado seria y reflexiva, a donde fueron a parar las criticas a los remiseros? Será que ya ni eso me queda?) De lo que pensaba hablar es de los imprevistos. Los imprevistos uno no los elige, simplemente acontecen. Son sucesos que por algo del destino tienen la dicha/desdicha de suceder justo en ese momento, en ese lugar y de esa manera. Nadie sabe si es bueno o malo, si es lo mejor o no que sea así. Sin embargo, no a todos les toma el mismo tiempo procesarlos. Ojo, con todo esto me refiero a los “hechos” que van mas allá de llegar a la esquina y que se escape el colectivo, o que el despertador suene una hora mas tarde (aunque esto último quizás de alguna manera se relacione, ya van a ver). Me refiero a esas cosas que te detienen en el medio del camino y te exigen una toma de posición, una decisión acerca de algo que quizás no se tenia pensado decidir. Uno de repente se ve ante dos o más puertas sin la mas mínima planificación al respecto, sin analizar nada, ni siquiera estar al tanto. Simplemente aparecen. Y te obligan a atravesarlas. No hay escapatoria. Hay que pensar, y pensar ya. Sin discusión, debate ni planteos. Es solo A o B. Y ahí es donde me doy cuenta que tengo la odiosa manía de huir. Si no estoy sabiendo que me van a preguntar, como para planear la respuesta, me bloqueo y elijo la puerta de salida. Ni “A” ni “B”, solo “Esc”. No me gustan los imprevistos, por la sencilla razón que después me arrepiento de la puerta que no abrí. A mi me suena el despertador una hora mas tarde (he ahí la relación), proceso lento, necesito digerir las cosas. Soy cangrejo en el horóscopo, y mucho mas en la vida, crease o no. Ante lo imprevisto y amenazante, me escondo en mi coraza. Evado a mas no poder, en un intento de ganar tiempo, para elegir. Y es que de elecciones erradas, ya tengo catálogos. Si me preguntan si estoy en el mismo lugar de donde salí, sin dudas, que la respuesta es no. Ahora doy 620 mil vueltas mas para cada paso. Le busco la quinta, la sexta y la octava pata al gato. Y me escudo en argumentos casi infantiles a la hora de decir “no se”. No puedo no saber, tengo que saber, al menos que quiero, pero quizás no lo se, y ahí está el punto. Tal vez quiero ir viendo sobre la marcha, tal vez no quiero resignar nada en el intento, tal vez tengo miedo del fracaso, tal vez me canse de la aventura. Será que me cansé de esperar el tren que me suba, y de intentar atravesar puertas que no se abren, que ahora me siento en el anden tiempo por demás de excesivo a cerciorarme de que realmente esa puerta esta abierta, ese es el tren que me lleva a mi camino, y ahí hay un asiento para mi. Y de tanto esperar, de tanto analizar, obviamente, no puede pasar otra cosa, mas que el tren se vaya. Y el lógico, y no hay reclamo, más que a mi misma.
Quizás alguien me pueda explicar si estoy tan equivocada cuando pienso que no todo el mundo sabe lo que quiere. Aunque si estoy segura de que si lo tiene delante, debe darse cuenta... Vale darse cuenta al rato????


miércoles, 25 de junio de 2008

Saltar por saltar

Si una rana se sambulle en el agua, siempre necesariamente implica un deseo de estar en el agua, o es igualmente valida la simple intencion de saltar? Siempre hay una intención oculta tras cada acción, que implica una intención que trasciende el propio acto? Todo tiene un trasfondo que, para muchos, lejos de estar por detras, es la primera asociación?
Quizás a esta altura esto se este llendo de mambo, rozando los delirios cuasi filosóficos, lo cual no podría estar mas lejos de mi intención. No hay ser en la tierra con menos intencion filosófica que yo, tenganlo por seguro.
Sin embargo, en este momento, me pongo a pensar en todas las "acciones/reacciones/respuestas/etc" que a esta altura, en este mundo, tienen asociadas casi como su significado propio y único, ciertas "intenciones/deseos/manifestaciones/etc" que pretenderían tener la categoria de ocultas, mientras que por el contrario, son las que afloran como primera significación a la hora de las interpretaciones. Y allí el punto e n conflicto. La extraña, y casi odiosa, manía de interpretar, de buscar un significado oculto (que para nadie resulta oculto) tras cada cosa de lo mas sensilla.
Desde cuando un "bueno" es mucho mas que una simple aceptación? Desde cuando un "hola" es un "me encantaria conocer toda tu historia con pormenores y detalles para nada inetersantes"? Desde cuando un "aha" significa " bueno, quedate y hablame toda la noche mientras simulo que me interesan las gansadas que decis"? Por qué se da por sentado que ante la aceptación a una invitación de lo mas trivial, se ocultan profundas intenciones? Por qué no puede simplemente tratarse de un interés casual digamos, momentáneo, simplemente hacia la propuesta, sin mas proyecto que ese único momento? Desde que momento, la traducción de un "bueno", requiere de páginas de explicación, que basten para desarrollar los amplios deseos que supuestamente implica?
En mi caso por lo menos, reconozco el afan interpretativo que tengo, y se de los miles de embrollos mentales que me provocan al intentar desentrañar todo lo que, supongo, se encuentra oculto. Pero también lo puedo narrar desde la orilla opuesta. Desde la que actua simplemente en respuesta a la pregunta actual, desde la que no piensa en una novela atras de cada respuesta, desde la que acepta lo que se propone sin meditar a largo plazo. Y también, desde la que después se siente en deuda de explicaciones por los malentendidos, quizas ocasionados por pensar solo en presente cuando el otro piensa con margen.
No creo en eso de saltar por ansias de permanecer en el agua, yo soy de las que simplemente, pretenden saltar por el vicio de saltar.

viernes, 20 de junio de 2008

De paquetes y empaquetados


Hoy no se que quiero. En ciertas ocaciones, uno debe hacerse cargo de las propias incertidumbres. Y quizas, sin darse cuenta, encuentra alli el motivo de su realidad. No se hasta donde el destino es el unico dueño de nuestro camino. Muchas veces es tiempo de reconocer en los propios pasos dados, el rumbo que nos trajo hasta donde estamos.
Obviamente que el mundo/destino/suerte/etc. tiene mucho que ver, al proporcionarnos las alternativas entre las que podemos optar. El destino vendria a ser la góndola del supermercado, pero nosotros somos la mayoria de las veces quienes elegimos el paquete de galletitas. Y encima despues nos quejamos de los kilos que engordamos. Bueno, mas de una vez, la explicación cabe para los sucesos de la vida. Y nos quejamos de que estamos asi, y sin embargo, volvemos a la góndola y agarramos de vuelta el mismo paquete. Y la dieta no nos funciona. Y nos frustramos. Y lloramos, chillamos, pataleamos, puteamos. Hasta que se acaban los víveres, y vuelta a la tentación. Y caemos! Obviamente!
Entonces nos permitimos desligarnos de la responsabilidad, argumentando, que no habia otra alternativa en la góndola. Ahora, no cabe dudar de la misma manera el por qué de no haber decidido cambiar de negocio en el que provisionarnos? No será acaso que en cierta manera nos resulta cómodo el no optar, y dejar que algo mas limite nuestras alternativas? Realmente es una comodidad el ahorrarnos de elegir, de tener que decidir correr el riesgo de que lo nuevo sea diferente, de que ocasionalmente no nos guste, o que por el contrario, sea exactamente lo que estabamos buscando.
Y ahi encontramos el riesgo, pero también la aventura. Y si, aunque sea lo más difícil de aceptar y de asumir, tambien la responsabilidad, incluso de elegir no elegir. Así como incluso el silencio comunica, el decidir no elegir es ya de por si una elección.
Entonces aquí estoy yo. Sabiendo que realmente no se que quiero, o más bien, sabiendo que a pesar de no saber si lo que llevo es lo que quiero, sigo llevando lo mismo, solo por no cambiar de super. E incluso en ciertas ocasiones, espero encontrar algo distinto dentro de iguales paquetes... ilusa de mi!

viernes, 30 de mayo de 2008

Hijo nuevo!




Acá les dejo mi último hijo jeje! No esperen grandes maravillas,pero igual veanlo y opinen!!!!

domingo, 25 de mayo de 2008

Nada de nada


Un domingo más nos reencuentra en este espacio. Curiosamente hacia bastante tiempo que no me dedicaba a explayarme sobre nada, particularmente en días domingos, que suelen ser mi día de odio a la humanidad. Extrañamente hace un par de los mismos que he cambiado los aires y reemplazado a mi fiel psicologo, el teclado, por cualquier otra cosa para hacer. Principalmente, y como característica excluyente, fuera de mi casa. Y creanme que ha tenido bastante resultado. Yo creo que la principal causa de que los domingos sean un asco, no es intrinseco al día en si, ni a la resaca de la noche anterior, ni al preparativo del día siguiente. El razgo perjudicial es la sobreexposición reiterada al mismo ambiente. Creo que es algo proporcional, a mas encierro, peor humor. A diferencia de ciertas teorías de amigos que prefieren mas que nada estar en sus casas, yo sostengo que puede resultar muy perjudicial, tanto para uno, como para cada uno de los cohabitantes que sufren las mutaciones en el humor de uno. Y aún, mas, creo que es retroalimentario, uno se encula, y encula al otro, y este al primero, y asi sucesivamente generando un malestar acumulativo que no estalla solo porque el día tiene 24 hs y no mas.
El punto es que, entre otras filosofías de vida que he adoptado, la del "no al encierro dominguero" es la primera, base fundamental para llevar adelante todas las demás. Y creo firmemente que funciona. El primero de sus efectos esta a la vista. Hace bastante tiempo que no ataco a nadie (por escrito me refiero, es decir, no critico a nadie por este medio).
En fin, pero nada es perfecto ni eterno, y como para no perder el hábito, vuelvo a calzarme los botines y a despuntar el vicio de las letras. Pero hoy no tanto con el rifle apuntado hacia ningún lado en particular, sino tan solo como una forma de expresar algunas nuevas filosofías a las que me referia, las cuales han surgido en mi vida a modo de ley.
Y la primera, al margen de la ya mencionada, es la de no esperar mas nada de nadie. Eso de estar pendientes de otros, de necesitar de otros que hagan o dejen de hacer cosas para/por nosotros es un absoluto despropósito. Creo que llegue a un punto en la vida en que estoy tan realmente harta de las descepciones, que ya no espero nada de nadie, no formulo espectativas acerca de nada. Lo que se de al alcance sera bienvenido, y las cosas demasiado enredadas serán para quien tenga ganas de desatarlas, probablemente, alguien distinto a mi. Es tiempo de despejar caminos, y ciertamente creo haber tenido una adicción a los escollos. El punto es: no quiero complicarme la vida ni permitir que nadie mas me la complique. Y ojo, que con esto no me refiero exclusivamente a hombres, sino a todo ser andante que tenga alguna cuestión que pretenda hacer las veces de piedra en mi camino.
Y como dijo una amiga de las mejores que tengo, a la que le robo su frase el día de hoy: "que se salven solos si quieren" Amén hermana!!!!!

viernes, 9 de mayo de 2008

Importante Saber

Una vez mas, ahora que le encontre el gusto a esto de postear presentaciones ajenas, dejo una que vale la pena!



SlideShare


Una de cal...

SlideShare


En este posteo, como veran, no se van a encontrar con nada
de mi autoria. Habran visto que mi talento esta en quejarme
de cosas diversas y escribir mayoritariamente gansadas.
Sin embargo, de vez en cuando, (muy de vez en cuando)
me pongo cuasi reflexiva ante alguna que otra cosa que
llega a mis manos. Tal es el caso de la presentacion de
Paulo Cohelo que les dejo. El mensaje es muy interesante, y al
menos a mi, me pega bastante.
Bueno, bastantes palabras para no decir nada. Hasta aqui yo,
de ahora en adelante, lean solos!!!!




domingo, 27 de abril de 2008

Piedras en el zapato

Me doy cuenta que cada día que pasa me vuelvo mas vieja y mas odiosa. No quiero pensar lo que le depara el futuro al que tenga que bancarme en unos años mas... Creo que voy a terminar siendo de las viejas a las que los hijos no bancan mas y las dejan depositadas en un asilo a la buena de Dios. Sin embargo, creo que es demasiado temprano todavía, me falta mucha gente por torturar en el camino.
Ahora, ustedes creeran que soy asi de puro placer que me da no? Pues no, estan muy equivocados, no es que disfrute siendo la piedra en es zapato de la gente, pero hay gente que se nota que disfruta provocando a las piedras a entrar en sus zapatos...
Pongamos un ejemplo: los remiseros, (si si, otra ves con los remiseros). Yo reitero que no tengo nada contra ellos en general, pero hay algunos, que ensucian su buen nombre y hacen que la generalización "los remiseros son buena gente" no sea factible ni creible. La mayoria... bueno, no la mayoria, buena parte de los remiseros son buena gente. Pero hay algunos que mejor dejarlos por fuera del gremio. Me refiero particualrmente a esos, esos que tienen la osadia de cambiarte el recorrido. Esos que antes que vos les completes el trayecto que queres tomar te interrumpen (sisi, tienen la osadia de interrumpirte) anteponiendo su propia idea de recorrido, argumentando que "por ahi no, porque estan los zorros...", a lo que uno se pregunta "y qué con eso????" e intentando guardar serenidad, lo verbaliza en tono sutil con lo que obtiene por respuesta un titubeo pobre, que se traduce, mas o menos, en "es que pierdo un monton de tiempo... porque me piden los papeles... bla bla bla" "Un cuerno me importa la perdida de tiempo, los papeles y los zorros!!!!!!!" contestaría uno... pero no, se reprime, siempre es mejor tenerlos de amigos... al fin y al cabo, uno siempre esta en cierta forma dependiendo de su buena voluntad de no dejarse ocupar por intrusos y esperar cuando uno no lo ve... siempre es mejor conservar las buenas relaciones, aunque el no haga lo propio. Asi que uno baja el copete, se calla y se banca que desvie por donde le cante, aún sabiendo que le va a costar mas caro el viaje que de costumbre, porque no se vayan a pensar que va a descubrir una ruta alternativa, mas corta, veloz y económica. No señores! Aqui hago una breve salvedad por aquellos que se sienten casi culpables por sacarte de la ruta estipulada por no ser de su agrado y se compromenten (aunque despues lo olviden) a compensarte por el desvío con alguna clase de descuento o similar. No importa que sea mentira, vale la actitud que deja que uno se sienta menos titere de sus deseos. Bueno, hecha la salvedad, vuelvo a la critica. Estos buenos hombres, no conformes con sacarte del camino que se te canta seguir, no cansados con dirigir tu camino, todavia necesitan un poco mas. Y aqui se da la situación harto repetida en todo comercio que se precie de tal, del querido y nunca bien ponderado "no tengo ni uuuuuuna moneda sabesssss" mientras revuelve el bolsillo de la billetera, que curiosamente suena, a pesar de que el gesto siguiente sea devolverte solo 15 ctvs. Como hace una moneda de 10 y una de 5 para sonar al entrechocar? no lo se, sera un misterio mas para adosar a la lista de inexplicables. La cuestión es que no solo que no te descuentan el desvio, sino que con la escusa de "no tener cambio" (de ningun tipo) termina cobrando lo que se le da la regalada gana, redondeando exactamente hasta la totalidad de lo que uno le entrego.
Asi que ahí uno se baja del coche con la poco graciosa frase de "mañana me lo pedis" de la que todos somos concientes de su irrealidad, dada la aleatoriedad de los conductores en relación a los viajes y pasajeros. Y uno se va, cabizbajo, con el ego herido, como tantas otras veces.
Antes de terminar, quiero dejar claro algo: a pesar de ser odiosa y mal llevada, no soy incomprensible con las circunstancias de los choferes, se que puede que les convenga demorar menos, cosa que no es mi problema, y puede que casualmente un día se queden sin cambio. Es comprensible. Ahora, tampoco la pavada, una de dos me banco, pero el combo, ya es demasiado.

domingo, 13 de abril de 2008

Por qué no te callas?

Debo confesar que me he pasado buena parte del día de hoy (bastante aburrido, por cierto) pensando en cual de los episodios de los ultimos días eran lo suficientemente meritorios como para explayarme al respecto.Y creo que de todos, que han sido varios y diversos, el elegido supera por varias cabezas a los demás.
Resulta ser que yo, que de por si tengo una radical enemistad con el universo, siempre suelo tener la dicha de encontrarme en mi camino con los seres mas desubicados del universo, y para colmo de males, siempre cuentan con voluntad de emplear la facultad del habla con mi persona. Y por lo general, suelo tener la bondad de seguirles la corriente y hablar un rato, solo por ese instinto innato de comunicarme, mal no sea con quien quiera que me hable (hábito en varias veces criticado por ciertos allegados, dado lo insoportable que se vuelven ciertos interlocutores).
Fuera de eso, hay oportunidades en que uno no elige hablar con quien tiene enfrente, pero tampoco tiene escapatoria. Tal es el caso de los tacheros/ remiseros, que aprovechan el hecho de tener un público cautivo, quien no tiene más que seguirles la corriente, dado que no puede ni cambiar de vereda, ni desplazarse unos metros para evadirlos. Hasta llegar a destino, uno no tiene otro lugar que su asiento, y la dulce y melodiosa voz de quien conduce, que se desquita su soledad con quien le queda a merced. En mi experiencia, creo que los remiseros (y sin tener nada personal con ninguno) tienen en varios casos una cierta dosis de necesidad de un otro que los escuche o que entable un dialogo con ellos. Es absolutamente comprensible, y los entiendo en algún punto, ya que habiendo pasando tantas horas en soledad, sin más interlocutor que el operdador que les dicta las direcciones donde dirigirse, es lógico querer hablar con alguien corporizado, o por lo menos de un tema que vaya más allá que direcciones y nombres a recoger. Es entendible. Ahora, es necesario desquitarse a las 6 y media de la mañana con gente que solo quiere silencio o que en último caso no tiene ganas de dialogar con el señor remisero? Tal es la situación que se reitera cada dos por tres, en las madrugadas de domingo, cuando toca en la loteria de coches unos que es manejado por alguno de los especimenes más locuaces de entre los posibles. Cada tanto toca uno que hace algo mas que gruñir a modo de respuesta ante las indicaciones, y realmente hay veces que uno se pregunta porque Dios les da el don del habla.
Pero bueno, puede ser que necesiten un oido amigo, y bueno, a uno que poco le cuesta, vale ser solidario con ellos no? Ahora, hace falta enterarse de sus opiniones acerca de la juevtud, cada vez mas perdida, los lances de pasajeras más osadas, su amor a su esposa, las cargadas de los compañeros, la ideologia frente a temas diversos y demás? Lo dudo.
Sin embargo, todo esto puede ser aún peor. Si no es suficiente con escuchar cosas que nadie pregunta porque a nadie le interesa, peor todavía es cuando el politemático transportista llega a hacer observaciones acerca de tu patetica vida. Si, si, leyeron bien. No alcanza con tener una vida patetica, es necesario que un remisero te la remate. Sucede que el remisero en cuestión, cerró el viaje, que, entre paréntesis, creo iba a una velocidad lenta solo para hacerlo más largo y tener mayor oportunidad de explayarse en sus decalraciones, con la poco feliz frase :"... Y yo, que siempre que las traigo, pienso, siempre solas... " ¿¿¿Es absoltamente indispensable ese comentario??? ¿¿¿¿No es ya de por si patética la existencia de uno como para que se compadezca el remisero??? No alcanza el hecho de haber pasado el sábado soportando boludos que se te acercana a hablar de nada, que preguntan seis veces lo mismo porque no tienen más libreto que ese y la neurona alcoholizada no les da para más, aguantando gente que te atropella, que te empuja, que te pisa y todo para nada, luchando con todos por menos de un metro cuadrado para poder siquiera estar parado. Y aún soportando todo eso por propia elección, (porque seamos francos, nadie nos obliga a estar ahi) irse con el sabor del vacio, de la intrascendencia, que siempre nos acompaña, y concientes de lo desorientados que estamos en la vida, que no sabemos para donde disparar, y el señor nos remata la velada con una frase como esa. Como si el viaje incluyera cuchillos para cortarse las venas en la tarifa del pasaje!!!

domingo, 6 de abril de 2008

Harta de ser buena


Vuelvo en este día con mi humor recompuesto, releo lo que escribí y me doy cuenta que una vez más estoy gastando "pólvora en chimangos" (diría mi vieja). Pero bueno, ya he vuelto en mi y mi humor odioso esta de vuelta, no desesperen!!! Después de mucho análisis y diálogo entre mujeres decepcionadas por hombres me he dado cuenta que poco a poco, mi locura se incrementa y no es solo por mi, creanlo. No voy a venir a decir que soy la reina de la coherencia, pero si que mucho aportan para hacer que cada vez este mas sacada.
Hay una situación que se ha reiterado en varias oportunidades y que es bastante propensa a volverme loca, y es la historia del perro arrepentido, el eterno retorno, el círculo vicioso, el estar siempre atrapada en historias que no terminan de cerrarse. Y yo me hago cargo de mi parte: soy mala con los finales, me cuesta dar un cierre a las historias, a menos que las circunstancias sean absolutamente irreparables. Pero por lo general, voy dejando puertas abiertas y de tanto en tanto hay gente que vuelve a aparecer. Y si, tengo que reconocerlo, me pueden!
Otra de las cosas que creo q aportan a esta locura que crece poco a poco de a pasos gigantes es el hecho de que creo que los hombres tienen un sentido oculto o un talento para percibir un mínimo interés de mi parte. Y en ese momento mutan en seres despreciables. Cualquier humano que se digne de aparentar ser maduro, inteligente, serio, alegre, divertido, en el preciso instante en que asumo que podría llegar a ser un prospecto de interés, deviene en un saco de características despreciables. Todo lo positivo aparente se convierte instantaneamente en un infantil irresponsable, que actua de maneras inexplicables, sin coherencia lógica. Y yo me quedo ahí, parada, pensando... Soy yo la ilusa que ve un principe azúl alli donde hay un saco de despojos? O realmente tienen el don de la involución en pokemones?
Y asi voy por la vida, con mi agenda llena de números que me resisto a borrar y mi msn lleno de gente que debes en cuando se digna de volver a dirigirme la palabra. Y en el alma un cajón de desechos entre los que de vez en cuando revuelvo a ver si hay algo reusable, con la esperanza que no esten del todo hechados a perder... Y hasta a veces encuentro rincones sin gusanos en las manzanas, que me duran hasta que las doy vuelta y veo que siguen igual!
Quizas sea yo, que tengo el don de engancharme con gentes poco recomendables... pero bue, la carne es débil y mi orgullo es una plantita muy pequeña y verde que de a poco, muy de a poco, intenta crecer.

Mas pena que gloria


Hoy es un dia de aquellos en los que dentro de mi, que coexisten dos seres muy diferentes, se encuentra triunfante mi parte mas oscura. La mayoría de los días, mi parte ácida recubre mi oscuridad depresiva y logra que esta se reduzca a su miníma expresión, dejandome así un consuelo de humor ante todo aquello que me podría lastimar. Hoy sin embargo, me encuentro con un humor terriblemente depresivo. Aunque mas que de depresión se trata de decepción. Cuando uno sigue creyendo en cosas que más de una vez le dieron la espalda, e insiste en chocar contra la misma pared una y otra vez, termina con un dolor en la cabeza, algo conocido ya. Pero bueno, allá uno por idiota.
Tal es mi situación el día de hoy, por seguir creyendo y apostando, termino dandome cuenta que estaba mejor con mi apatía cotidiana, que es en vano volver a creer, a alimentar la llama de la ilusión, porque irremediablemente va a llegar el encargado de apagar de un soplo la pequeña luz que lucha por sobrevivir. Y lo peor es que lo supe antes, en el presciso instante en que esa ilusión empezaba a pretender nacer, supe que no lo lograría, que no iba a prosperar. Pero aún así seguí en el camino. Y la puerta de salida apareció mucho antes que la de entrada.
Así que para completar un domingo, que de por si tiene todo lo deprimente que se puede imaginar, yo le sumo mi alta cuota de escepticismo.
Sigo sentada en la misma silla, esperando que suceda el milagro que no va a suceder, o que al menos tengo menos fe en que suceda. Y que de tanto caer, ya va dejando de interesarme. Quizás ese sea el mensaje oculto detrás de tanta farsa: que no es para mi, no es mi destino, mi camino es otro....

miércoles, 2 de abril de 2008

Odio a la tecnologia


No hay nada peor que un celular, bicho problematico si los hay. Sirve para crear mas angustias y malentendidos de los que uno se podria imaginar. Pero por lo general somos quienes los usamos los que los volvemos odiosos, porque les otorgamos vida, actitudes y acciones propias. No es el cretino, dueño del dispositivo, que no escribe, es el aparatito el que no nos trae noticias.
Y uno lo mira, espectante, lo mueve, lo abre, lo cierra, lo prende, lo apaga. Lo cambia de lugar, para que agarre mas antena. Y nada... Ni luces, ni sonidos... Lo máximo que varia es la bateria que tiene la extraña tendencia a agotarse en el momento menos oportuno. Y hasta eso es un buen alimento a las esperanzas, porque cuando uno lo prenda de nuevo, seguro va a sonar de manera desenfrenada de tantos mensajes que llegaron. Y sin embargo, nada... uno lo prende al cabo de un largo rato, y todo sigue igual. Y lo vuelve a pasear por toda la sala, por el patio, por el balcon... y ni señas de que este vivo. Y manda un mensaje pidiendo el saldo, con tal de que llegue un mensaje, solo para chequear que el sistema esta en buenas condiciones y que no se esta desintegrando por dentro. Y todo funciona, esta comprobado que tiene linea, que tiene bateria, que tiene antena, los parlantes suenan, la pantalla se ilumina, y aun asi, nada llega.
Y entonces, cuando una se encuentra ya al borde del abismo, al borde de la crisis y al borde del llanto, el satánico aparato se digan de sonar. Y una que estuvo espectante todo el puto dia en la dulce espera y que ya tenia a mano el paquete de pañuelos descartables, cree que el cielo se abrio y de el descendio un haz de luz que nos da exactamente en la nuca. Y nuestros ojos vuelven a brillar, y la vida vuelve a tener sentido. Y nos abalanzamos sobre el aparato demoniaco justo en el minuto anterior a revolearlo por la ventana. Y lo tomamos entre nuestras manos como si fuera de oro en polvo, como si fuera una paloma mensajera maltrecha. Y lo destapamos, casi con la sensacion de que la vida transcurre en cámara lenta. Y lo vemos. Si, efectivamente aparece en la pantalla el bendito mensaje tan ansiado: " 1 mensaje nuevo". Y la emoción llega a la cumbre. Con los dedos temblorosos presionamos el boton de "leer", ese mismo que ya sentiamos lleno de telarañas de tan poco usar. Y en la pantalla se dibuja el mensaje de "abriendo". La espera desespera, pero mas aún en este momento en que sentimos tan cercano el instante tan esperado, tan ansiado. Y finalemente lo logramos, vemos en la pantalla el mensaje, ese, el mismo que esperamos todo este extenso tiempo... y lo leemos... pero hay algo que no cierra... el contenido... es algo desubicado... como me va a estar hablando de la promo de la empresa... y cuando llegamos al final, al remitente, todo cobra sentido: el mensaje no es mas que una promoción de la empresa, que no tiene piedad de nuestros sufrimientos y despedaza sin compasión nuestras ilusiones, dejando por tierra nuestro corazón roto... el celular es una mierda!!!!!

lunes, 31 de marzo de 2008

Buenas noches, mucho gusto.


Bueno, despues de mucho amagar, de mucho empezar y de nunca arrancar, hoy puede ser que de por iniciado este blog. Ahora el gran tema seria saber que se va a poder encontrar al transitar por su espacio. Y la respuesta no es nada sencilla... y tiene una explicacion. Las cosas hay que tomarlas como de quien vienen dicen por ahi. Y viniendo de mi, creanme se puede esperar cualquier cosa.
Y ahora que lo pienso, hacia varios dias que tenia alguna que otra idea para escribir, pero acabo de desistir, asi que ya pueden tener una idea de como viene la mano... Hare lo posible por mantener este espacio, si no actualizado, al menos que cada tanto haya algo mas o menos digno de ser leido. Y en todo caso, hare lo posible para que no lo cierren de manera repentina por falta de atencion.